jueves, 21 de octubre de 2010

fragmento "La princesa de hielo"

Describe tan bien la situación... El libro en general no me gustó, auqnue estuvo entretenido. Pero este pasaje me fascinó


- En fin, ¿hasta dónde habéis llegado? ¿Habéis probado o qué?
Erica le dio un codazo en el pecho, pero no pudo evitar una carcajada.
- No, no he probado nada. En realidad, ni si quiera sé si me interesa. O, más bien, me interesa, pero no sé si quiero que vaya a más. Siempre y cuando él se interese. Lo que no tiene por qué ser así.
- En otras palabras, eres una cobarde.
Erica odiaba que Dan tuviese razón la mayoría de las veces. En ciertas ocasiones, pensaba que la conocía demasiado bien.
- Sí, he de admitir que estoy un poco insegura.
- Bueno, sólo tú puedes decidir si te atreves o no. ¿Has pensado cómo te sentirías si resultara bien?
Sí, Erica lo había pensado. Muchas veces, durante los últimos días. Pero la cuestión era, por el momento, hipotética. Después de todo, sólo habían cenado una vez

martes, 5 de octubre de 2010

Un cuento que escribí hace mucho tiempo

Ése sería, sin lugar a dudas, el viaje más importante que había hecho en mi vida. Había sido largo, duro y muchas veces pensé que nunca llegaría a mi destino. Pero entonces, cuando la besé, supe que había llegado y que comenzaba un viaje por paisajes diferentes.Fue como llegar a un país desconocido, aquí huele diferente, se vive diferente, se siente diferente. La vida parece otra vida, más auténtica, más real, pero tan distinta que no sabes si es soñada

Te echo de menos

Te echo de menos, no lo puedo remediar. Te echo de menos, no lo puedo explicar.
Si cierro los ojos puedo verte a mi lado, sonriendo, tonteando, hablando. Soy capaz de recordar cada detalle y un ráfaga con tu olor me invade. Tu olor... cuando recuerdo tu olor, me doy cuenta de que, efectivamente, te echo de menos. Me acuerdo de las horas que compartimos, de los ratos que robaba a mis amigos para estar contigo, de lo agustito que estábamos, de todo lo que hablábamos... Y entonces, otra vez tu olor, ese olor culpable todo. Y después de un momento, cuando el olor se ha desvanecido, me acuerdo de que todo eso se fue, de repente, sin avisar, sin derecho a réplica siquiera. De que ahora no puedo hacer nada, de que no puedo pedirte que vuelvas, de que nunca volverás...
Sé que en realidad no tuvimos nada; lo sé, tanto como tú sabes que fue mucho más que nada. Si por lo menos pudiera llamarte mi ex y sufrir el duelo de la pérdida. Pero ni siquiera eso, me dejaste sin duelo y sin réplica